La engorrosa situación en la que están todos los frentes políticos de Corrientes

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El oficialismo y una diáspora pocas veces vista. Los ahora ex aliados de los radicales, en un intento de mostrar una estrategia que no tienen. Los justicialistas aún inmersos en sus diferencias con La Cámpora y con Cristina haciendo de las suyas. Colombi y un tranco sostenido, pero sin amplitud política. Todos en una encerrona que derivó por peleas sostenidas en el tiempo que especularon con que alguna de las partes desistiera. Esta vez, ninguno aflojó y el tiempo se los está por llevar puestos. ¿Y los libertarios?

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Por Jaime Meza
Jefe de redacción Coordinador Multiplataforma

Mientras la gente intenta llegar a fin de mes, con los precios en sostenido incremento a pesar del achatamiento del dólar, la especulación constante de los empresarios, las peleas palaciegas del Congreso, el Papa nuevo y demás, la política correntina intenta llamar la atención ciudadana. Pero lo hace con un contrapeso que dificulta, aún más, la tarea de convencer a quienes prefirieron a Milei antes que a cualquier otro representante de la «casta». Ese yunque implícito se ve traducido en las contradicciones internas de las distintas fuerzas partidarias.
Si comenzamos el análisis por el oficialismo, fue el primer sector que se delató. Lo hizo con el quiebre entre Valdés y Colombi. Pero el tiempo pasó y los radicales «valdesistas» comenzaron a padecer las exigencias de algunos socios con ansias de pegar el salto en la órbita provincial.

OPERATIVO CONTENCIÓN

En las últimas semanas, el oficialismo fue testigo predilecto de una diáspora pocas veces vista. Parte del autonomismo, de los liberales y de un peso pesado como ELI formalizaron su salida de Vamos Corrientes. Renuncias a cargos, publicaciones en redes sociales, expresiones críticas en medios de comunicación y reuniones, todos gestos con la intención de dejar en claro que se fueron.
¿Error del Gobierno por no saber contener a sus aliados? ¿Error de los que se fueron para pegar el salto sin ver hacia dónde? ¿O error compartido por las ambiciones desmesuradas?
Todas preguntas sin respuestas que convenzan al grueso del arco dirigencial por obvias razones, los intereses contrapuestos.
En este marco de situación, los radicales y socios que mostraron su fidelidad se encargaron de resaltar la potencia de Vamos Corrientes. Un acto multitudinario en la Capital ofreció varios discursos de diferentes referentes de la alianza. Pedro (Partido Popular), Tassano (UCR), Hardoy (PL), entre otros oficiaron de prólogo para un Valdés recargado que bautizó de «cargosterona» a la hormona que se despierta en algunos dirigentes cada vez que asoma el calendario electoral.
El Gobernador graficó así la intensidad de los reclamos internos de los ahora ex aliados que, en esta oportunidad, pidieron la primera candidatura en detrimento de la histórica posición predominante de los radicales.
Después del mitin capitalino por avenida Maipú todas fueron loas, con una estrategia discursiva intencionada en pos de asegurar que la cantidad de sellos sigue siendo relevante a pesar de los portazos.
Intertanto, Valdés y las principales espadas de la UCR dedicaron sus horas para sostener los esquemas territoriales en los que dependen sobremanera de la tracción aliada. Algo que se notó en la participación masiva de referentes que llegaron de todas partes para marcar tarjeta en el salón elegido para relanzar Vamos Corrientes.
En lo inmediato, se encargaron de cubrir las vacantes dejadas por ELI en cinco dependencias provinciales con referentes aliados.

CARRERA DE RESISTENCIA

De este entuerto oficialista, un primerísimo actor fue Ricardo Colombi. El primero en pedir pista para la Gobernación y el primero en irse cuando no se le aceptó el requerimiento. El mercedeño no detuvo su marcha por el Interior provincial. Un trabajo de hormiga que combina también con operaciones mediáticas tendientes a posicionarlo con posibilidades de meterse en el armado justicialista para capitalizar el voto anti Valdés (algo negado horas atrás por «Tincho» Ascúa).
Fiel a su estilo, no acepta cuestionamientos y continúa con su tranco incansable, acercando voluntades del Interior profundo que también se sienten fuera de todos los sectores políticos de mayor trascendencia. Un «poroteo» que, para muchos, podría interferir en el resultado final de las provinciales, obligando a pensar en una segunda vuelta.

DE LA ALONDRA
AL DESCONCIERTO

La mayoría de los que se fueron de Vamos Corrientes coincidió en un núcleo dirigencial que fue bautizado por la prensa como el Grupo Alondra, en referencia al coqueto hotel que eligieron para concretar su primera reunión y posar para las primeras fotografías.
Desde «Perucho» Cassani, líder de ELI, pasando por el autonomista José Romero Brisco y la liberal «Any» Pereyra, así como «Camau» Espínola, y el virasoreño Emiliano Fernández, todos pretendieron sacudir la escena política local, aunque las contradicciones ideológicas, los discursos diferenciadores y -para muchos- el forzado acercamiento no convencieron.
Es más, a la foto de La Alondra se le sumó una segunda parte: la foto del Turismo. Y esta hizo incluso más ruido que la primera, con la amplificación de lo antes mencionado respecto a las posturas políticas contrapuestas de sus protagonistas. Fue la inclusión del libertario Lisandro Almirón.
Más allá del habitual enojo de los de La Libertad Avanza (LLA), en cuanto a la necesidad de aclarar que la participación del Diputado nacional no significó una aceptación a alguna moción aliancista, lo cierto fue que Almirón estuvo y se ubicó en el centro de la mesa.
Pero los chisporroteos no tardaron en conocerse y se supo que hubo retos y quejas por los distintos relatos que se emitieron ante los medios respecto a la intención del cónclave.
El legislador libertario aún tiene el aval del «triángulo de hierro» para continuar con la avanzada electoral, pero también sabe que «Camau» es otro que se encuentra dentro de los planes de Karina y compañía.
Por ello, no es descabellado analizar que la explicación de LLA sobre la presencia de Almirón en el Turismo persiguió el primerísimo objetivo de otear el contexto y acercar posiciones dentro de las posibilidades de conformar una boleta que engrose la oferta opositora.

EN EL PJ, TODO EN VEREMOS

El justicialismo sigue su camino tras el aval judicial a las nuevas autoridades y los candidatos. Pero lo hace con los compañeros rezongando. Quejas en contra de La Cámpora, reclamos de los camporistas a los peronistas y así, escenas se repiten con cada movimiento orgánico que se pretende hacer.
En las últimas horas, la posible visita de Cristina Kirchner para apoyar a Martín Ascúa no generó la expectativa esperada. Tampoco provocó un buen efecto la convocatoria al Congreso partidario realizado vía Zoom, cuyo desarrollo tuvo demasiados problemas técnicos como para que la mayoría piense que fue algo casual.
Este convite se convirtió en un capítulo más de la dificultosa actividad justicialista en el derrotero por instalarse como verdadera opción de poder.

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