Se terminó el tiempo de aportar pruebas y se espera que la sentencia llegue el día jueves. La fiscalía pedirá el máximo de la pena; mientras que la defensora oficial apunta a reducir al mínimo la expectativa, impulsando la “emoción violenta” como estrategia.
Empieza una semana crucial en torno al juicio que se le sigue a Aldana Muñoz, acusada de asesinar a cuchillazos a sus dos hijos menores de 5 y 8 años, la noche del 15 de noviembre en su casa en la localidad de Curuzú Cuatiá. Desde la fiscalía esperan el máximo de la pena, mientras que en la última etapa de juicio, la defensa intentó presentar a la acusada como incapaz mental de llevar delante de forma consciente semejante masacre. El padre de los menores volvió a exigir que se haga justicia por Sofía y Dylan.
El lunes 5 y jueves 8 de mayo, el Tribunal de Juicio compuesto por los doctores Jorge Alberto Troncoso, Juan Manuel Ignacio Muschietti y Ramón Alberto Ríos, escucharán atentamente los alegatos de las partes luego de que el jueves pasado cerrarán la cuarta jornada de presentación probatoria en torno al caso. Si bien en el proceso de debates quedó más que claro que en el seno familiar las cosas no estaban en paz, debido a la conflictiva separación que mantenían Aldana y su pareja, lo que intentó probar la fiscal Belén Arrúa fue que la acusada estaba plenamente consciente en el momento que le quitó la vida a los dos niños, utilizando para eso un cuchillo. Probó además que la mujer tenía un comportamiento violento, no solo hacia su expareja, sino también para con su propia familia.
Por su parte, la defensora oficial Julieta Lacroze, a cargo de la asistencia técnica de Aldana, jugó sus últimas fichas el jueves para intentar inclinar la balanza en favor de Muñoz, al presentar las declaraciones de varios profesionales de la salud mental que examinaron a la acusada horas después de los homicidios e incluso luego cuando fue trasladada a la Unidad Penitenciaria N°10 y en el Hospital de Salud Mental San Francisco de Asís de la ciudad de Corrientes.
La estrategia es presentar a Muñoz como una madre sobrepasada emocionalmente por su ruptura sentimental, que volcó aquella frustración de la manera más baja y violenta, asesinando a sus dos hijos menores. Asimismo, con la declaración de una docente de la escuela donde iban los niños, mostrar una madre presente y afectuosa; figura que se derrumbó ante las pruebas de sus actos posteriores.
Si hay algo que también quedó claro durante todo el juicio y con el paso de los testimonios de familiares, amigos, la última pareja de Muñoz y hasta incluso con los profesionales médicos es que aquella masacre ocurrida la noche del 15 de noviembre de 2023 en el barrio Santa Rosa de la ciudad de Curuzú Cuatiá, pudo haberse evitado si se actuaba a tiempo. La carátula presentada por la fiscal Arrúa es la de homicidio agravado por el vínculo (dos víctimas dos hechos en concurso real) que prevé penas de hasta 25 años de prisión. En tanto la defensa va en busca de la “emoción violenta” o intentar al menos que los jueces apliquen la menor pena posible, con algún régimen de internación, que limite al mínimo su encierro, siempre teniendo como base el estado al momento de cometer los dos homicidios.
Los hechos
El doble homicidio de Sofía de 5 años y Dylan de 8 años ocurrió el 15 de noviembre de 2023, alrededor de las 20, en su vivienda del barrio Santa Rosa. La hermana de Aldana fue quien se encontró con el macabro cuadro, cuando llegó a la vivienda donde la mujer vivía con sus dos hijos menores y al llamar a la puerta, aquella le abrió la puerta bañada en sangre y una herida cortante, como si hubiese intentado quitarse la vida. “Silencio los niños duermen”, dijo a su hermana, pero en realidad yacían apuñalados hasta la muerte.