En diálogo con Canal E, Isaías Marini, economista, analizó el complejo escenario de las reservas argentinas, en un contexto de metas exigentes del FMI y tensiones entre inflación, tipo de cambio y flujos de dólares.
Un contexto financiero bajo presión
“Además de los 12.000 millones del Fondo, hemos recibido otros 2.000 millones adicionales que ya estaban previstos”, explicó Marini al abrir su diagnóstico sobre el estado actual de las reservas argentinas. Sin embargo, advirtió que el panorama está lejos de ser relajado. Las exigencias del FMI incluyen metas de acumulación para junio, septiembre y fin de año.
El Gobierno, por ahora, ha optado por no intervenir en la compra de reservas salvo que el tipo de cambio oficial toque la banda inferior. “Estamos viendo en el mercado que hay cierta resistencia. A partir de 1.100 empieza a aparecer demanda”, destacó. Esta dinámica vuelve improbable que el Banco Central intervenga por esa vía.
Dólar, bandas y la prioridad de la desinflación
Aunque el acuerdo con el FMI permite, e incluso alienta, compras dentro de la banda cambiaria, el Ejecutivo parece más enfocado en bajar la inflación que en fortalecer reservas. “Hay un trade-off entre priorizar la desinflación o acumular reservas”, sintetizó Marini.
Con el 60% del acuerdo ya desembolsado, el Gobierno no parece urgido por cumplir a rajatabla. Las próximas semanas serán clave, con medidas en carpeta como un bono Peso-Link y un RIPO del Banco Central, además de anuncios que fueron postergados por el calendario electoral.
Blanqueo y ahorro: ¿dólares para reactivar la economía?
Una de las medidas más debatidas tiene que ver con la posibilidad de ingresar dólares no declarados. “Se hablaba de montos de hasta 100.000 dólares, pero no hay nada oficial”, aclaró el economista. La iniciativa apunta a movilizar parte de los 200.000 millones de dólares en efectivo que están fuera del sistema, o incluso los 400.000 millones si se consideran otros activos.
Sin embargo, Marini fue cauto sobre el impacto de esta medida: “En transacciones cotidianas es muy difícil que eso tenga un impacto, porque la gente históricamente ha usado el dólar como medio de ahorro, no como transacción”. Aun así, si se vincula con inversiones, como en el sector inmobiliario, podría generar cierto dinamismo.
Construcción en pausa y dólar caro
La relación entre los dólares y el mercado inmobiliario también enfrenta barreras. “Los costos en dólares de la construcción han aumentado muchísimo con el dólar planchado”, explicó Marini, lo que ha dejado al sector con una caída del 20% desde el inicio de la actual gestión. La expectativa es que cualquier blanqueo ofrezca un incentivo real para que el ahorrista apueste por ladrillos.
Metas, vencimientos y la sombra del segundo semestre
Uno de los puntos más críticos que marcó Marini es el desafío de sostener reservas más allá del corto plazo. “Mientras el gobierno mantenga esta idea de no intervenir, no sólo no va a haber acumulación de reservas, sino que va a haber desacumulación”, advirtió. Solo en vencimientos hasta fin de año se esperan pagos por más de 10.400 millones de dólares.
Aunque Argentina podría acceder a un waiver si incumple metas, como ya ocurrió en el pasado, el verdadero riesgo está en la segunda mitad del año, cuando desaparezcan los ingresos del agro. “Me preocupa un poco la dinámica de cara al segundo semestre, cuando ya no estén los flujos del agro”, afirmó.
China, Estados Unidos y el swap en la mira
Por último, el economista comentó los rumores sobre presiones internacionales respecto al swap con China. “Antes del desembolso incluso, empezó a surgir eso. Lo cierto es que no solamente estuvo el desembolso, sino que además…”, deslizó, dejando abierta una pregunta clave: «¿habrá presión desde Estados Unidos para cortar ese vínculo?«