A la espera de lo que pueda ocurrir en las próximas horas, con las elecciones legislativas porteñas y la posterior movida que haga Milei en territorio correntino, cada uno de los ya lanzados candidatos a Gobernador comenzaron a cosechar el apoyo de dirigentes peronistas que no quedaron dentro de la planificación «cristino-camporista» de Ottavis. Colombi fue uno de ellos y lo mostró, incluyendo entre sus filas a la nunca bien ponderada «Cooperativa del PJ». El terreno elegido para este «blanqueo» fue San Luis del Palmar, con fotos que mostraron dicharacheros al mercedeño y a exponentes relevantes del fabianismo residual como Jorge Antonio Romero y «Richard» Valenzuela, entre otros. Todo esto, a sabiendas de que el mandatario provincial informará en breve cuál será la fecha de votación, condicionado por la jugada que exponga el Presidente en el territorio del siempre complicado «Taragüí».
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El mercedeño demuestra que mantiene las uñas de guitarrero y expone jugadas de alto voltaje como contrapartida a las demostraciones que los demás espacios políticos venían haciendo respecto a la sumatoria de fuerzas en cada alianza.
Mientras el Gobierno destacó (esta semana que se termina) la inclusión de varios «compañeros» ensamblados en Somos Vos, así como anteriormente lo hizo el denominado Grupo Alondra con el ex candidato peronista «Camau» Espínola en sus coquetas reuniones, Ricardo Colombi hizo lo propio con un núcleo de paladar negro del justicialismo vernáculo en San Luis del Palmar.
Las redes sociales del líder de ECO ofrecieron una galería de fotos con los referentes de lo que queda de la nunca bien afamada «Cooperativa del PJ». Un movimiento de alto riesgo en cuanto al armado estratégico que se condice con lo que se viene observando en cada una de las fuerzas que intentarán pelear por el Sillón de Ferré.
Hilando fino en el análisis (marca registrada de EL LIBERTADOR) no es más que otro efecto colateral del desaguisado -primigenio- de la intervención del Partido Justicialista y del -posterior- emplazamiento de Ottavis y La Cámpora al frente de la orgánica partidaria y de la diagramación electoral.
Exponentes como el diputado nacional, Jorge Antonio Romero, y el -otra vez- candidato a jefe comunal del justicialismo en San Luis, Ricardo «Richard» Valenzuela; la edil y primera candidata a concejal del PJ, Noelia Herrera, junto con el resto de los candidatos comunales y dirigentes sanluiseños y de la zona se encontraron con Colombi durante la inauguración de una sede de Encuentro por Corrientes (ECO).
Fue una excelente ocasión para «blanquear» un acercamiento que se venía digitando desde hacía meses, cuando el cántaro terminó por romperse tras el proceso de la interna justicialista provincial que hasta hoy dista de obtener legitimidad de parte de muchos afiliados.
«Dos nuevos espacios que reúnen a los correntinos que quieran sumarse a cambiar el rumbo de la Provincia. Gracias San Luis por el recibimiento». Así lo manifestó Ricardo en Instagram para la reacción de sus seguidores y, también, de sus detractores.
Para muchos, lo curioso es que, hace unos meses, por radio Dos, Jorge Romero había sido contundente en rechazar alguna alquimia con el tres veces Gobernador. Pero quedó comprobado que, en política, las palabras se las lleva el viento.
«A mí me parece que es ponerlo al Partido Justicialista en una situación de sumisión, a una situación de furgón de cola de otros sectores, cosa que no aceptamos de ninguna manera nosotros», expresó en febrero pasado durante una entrevista con la emisora capitalina.
Lo hizo luego de confirmar que se sentían afuera de la orgánica del PJ del sello, y que analizaban «ir por fuera».
En los últimos días, algo pareció disonante. Jorge Romero como otros exponentes del fabianismo se integraron a la mesa de conducción del vapuleado Congreso partidario que sesionó «tras bambalinas» vía Zoom. Un juego a dos puntas, salvo que se entienda que dentro del sello «ottavista» se mantiene la idea de bajarlo a «Tincho» para terminar apoyando a un radical K. Algo que estaría en sintonía con el Instituto Patria, desde donde se ve con buenos ojos la consagración de Ricardo quien, sin prisa ni pausa, teje acuerdos a lo largo y lo ancho del territorio provincial.
ESTRATEGA
En lo que concierne a Ricardo, no es más que una maniobra habitual en cuanto a saber a dónde apuntar y cómo mostrar la puntería.
Un aprovechamiento de la diáspora justicialista que difícil será contener de parte de las autoridades recientemente habilitadas por la Justicia.
El mercedeño sabe, al igual que Valdés y los del Grupo Alondra, que los peronistas no contenidos por La Cámpora son muchos y que el «voto castigo» podría hacer su aparición en las urnas.
Una especie de «coscorrón cívico» que colaboraría para cada una de las alianzas que intentará presentarse ante la ciudadanía correntina con una «pata peronista». En este caso, Colombi también tiene la suya y eso ya quedó de manifiesto.