Hernán Rossi, secretario general de la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical (UCR), dijo que el radicalismo debe aprovechar el “espacio vacante” que dejan “las desviaciones” del gobierno de Javier Milei y la condena a la expresidenta Cristina Kirchner, “alguien que no tiene autoridad moral para ser convocante de nada“. “La alternativa a este Gobierno tiene que estar construida por gente que resista archivo”, agregó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Hernán Rossi es el secretario general de la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical y secretario de la delegación en la Ciudad de Buenos Aires (CABA) de la provincia de Santa Fe, ya que es santafesino. Fue jefe de Gabinete del Ministerio de Desarrollo Económico de CABA y legislador porteño (2013-2017), donde presidió el bloque Suma+ de Martín Lousteau. Es fundador del Instituto de Pensamiento y Formación Moisés Levinson.
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Me pregunto si el radicalismo se ha convertido en una especie de partidos provinciales, un sistema feudal, para decirlo de alguna manera, algo parecido. ¿No cree que está sucediendo con el peronismo lo mismo que viene sucediendo con el radicalismo hace más de 25 años? Por ejemplo, el dirigente más votado de la provincia de Buenos Aires, Facundo Manes, se fue. El presidente del partido, Lousteau, vota en soledad, con los distintos otros senadores del partido radical. De hecho, el cargo de presidente de la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical era del hermano de Facundo Manes, que ha renunciado. ¿En qué condiciones usted asume como secretario general de la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical? ¿Cómo se imagina el futuro de su partido?
Es indudable que el radicalismo está en una crisis profunda. Negarlo sería negar la inteligencia de los oyentes, de alguna manera. De lo que se trata es de ver cómo hacemos para reconstruir una fuerza política que le ha dado muchísimo a la democracia argentina, y que yo creo que sigue siendo muy necesaria. Por eso, con todo el cariño que le tengo a Facundo Manes, él dice que se va porque el radicalismo no se ha renovado. Yo le digo que la idea era renovarlo con figuras como la suya. Necesitábamos que Facundo Manes se quede y que muchos más como él vengan a la Unión Cívica Radical, como alguna vez también vino Martín Lousteau.
Si nosotros somos capaces de ofrecer un espacio democrático en el cual figuras que vienen a refrescarnos como partido político, siempre en vínculo con nuestra identidad histórica, tendremos la posibilidad de ofrecerle a la sociedad una alternativa al gobierno de Javier Milei, que es de alguna manera lo que a mí me obsesiona por estos días. Creo que la sociedad está desencantada con la política, eso está claro, y hoy se manifiesta de la forma más preocupante para una democracia, que en el ausentismo en las elecciones. Yo el radicalismo tiene que hablarle a esa gente que no está yendo a votar, que es la que está esperando una alternativa por fuera de las ofertas polarizadas.
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Sin ninguna duda, lo que encontramos es que el radicalismo está tironeado entre una parte que quiere continuar cercana al presidente Milei y otra parte que se opone a esa proximidad. ¿Imagina una división de radicales en las próximas elecciones de octubre, con algunos junto con La Libertad Avanza y otros que se van a oponer?
Sí, yo imagino que sí. Eso, de alguna forma, ya está ocurriendo. Pero mi reflexión es que incluso quienes no votan al radicalismo necesitan del radicalismo. O incluso quienes creen que el gobierno de Milei está haciendo reformas importantes para la Argentina, necesitan de una oposición en la Argentina. Porque de eso se trata la democracia. Cuando la sociedad decida cambiar porque se agotó la posibilidad de que este Gobierno le dé satisfacción a las expectativas que le generó, y mire hacia el sistema político, tiene que poder encontrar algo. Y ahí es donde el radicalismo tiene que posicionarse.
A mí no me preocupan tanto los que se van. Siempre en el radicalismo hubo gente que se fue y hubo gente que se quedó, aún en los peores momentos. Espero que los que se van vuelvan. Lo que tenemos que trabajar es en una alternativa. Y yo creo que esa alternativa es posible en la Argentina, porque hay un gran espacio vacante, que incluso con la condena a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner todavía se clarifica mucho más. Porque se trata de construir una alternativa donde también esté incorporada la idea de la decencia, es decir, que la alternativa a este Gobierno tiene que estar construida por gente que resista archivo. En ese sentido, la convocatoria que el radicalismo puede hacer junto con otras fuerzas políticas democráticas es muy importante.
A ver, interpreto: lo que usted dice es algo como “ni kirchnerista ni mileísta”.
Definitivamente. Yo creo que esos dos extremos se necesitan. Yo creo que la condena a la expresidenta Fernández de Kirchner fue una mala noticia para el Gobierno. De alguna manera, todo está orientado a mantener viva la polarización entre el Gobierno nacional y una oposición liderada por alguien que no tiene autoridad moral para ser convocante de nada. Cristina no tiene autoridad moral para representar la oposición a Milei.
Los que creemos que este Gobierno que hoy tenemos en la Casa Rosada tiene serias desviaciones, incluso en términos de aprecio por la democracia y por las formas republicanas e institucionales, y que creemos que el pasado no es la alternativa que necesitamos construir, tenemos que saber interpretar y llenar ese vacío con una propuesta. Estoy convencido de que es por allí, y ese tiene que ser un poco el esfuerzo que tenemos que hacer. Entiendo que todavía no aparecen figuras que puedan catalizar ese vacío, pero es el trabajo que tenemos que hacer. Y por eso el radicalismo es necesario, desde mi punto de vista, en esta etapa.
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