Sergio Busso afirmó que la rebaja de las retenciones de 33 % a 26 % “es apenas un paso” y que el agro “sigue en rojo”. El ministro defendió la ofensiva conjunta de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos para suprimir completamente el gravamen que, según estima, “le quita US$ 340 por hectárea al productor”.
Un recorte que ayuda, pero no alcanza
En diálogo con Punto y Aparte, Punto a Punto Radio (90.7), Busso valoró que el anuncio presidencial vaya “en línea con lo que pedimos hace años”, aunque puntualizó que “la soja sigue con rentabilidad negativa” pese al recorte. Para el funcionario, las retenciones “no solo frenan inversión, también desfinancian la provincia porque no se coparticipan” y agregó: “Realmente hoy las retenciones son un ancla muy fuerte respecto a la rentabilidad de la producción.”
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Presión fiscal y competitividad provincial
Frente a las críticas, el ministro recordó que en Córdoba “no se pagan Ingresos Brutos a la producción primaria ni tasa vial” y que el 98 % del inmobiliario rural se destina a caminos y seguridad. No obstante, admitió que impuestos como los sellos “encarecen repuestos y financiamiento” y que “lo ideal sería que no existieran”.
Valor agregado en origen
Para Busso, liberar al campo de retenciones permitiría redirigir recursos a biocombustibles y otras cadenas “capaces de multiplicar empleo en el interior productivo”. Citó el caso de Bio4 de Río Cuarto: “Por cada punto que se aumente es una Bio4, una planta de transformación de maíz en bioetanol en Río Cuarto; son 200 puestos de trabajo por cada punto.”
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—La rebaja de retenciones se presentó como un alivio. ¿Por qué insiste en que no alcanza y qué se necesita para que el productor vuelva a ser rentable?
—Sí, es una buena noticia porque va en el sentido de lo que venimos pidiendo hace mucho tiempo. Se bajó de 33 a 26; son siete puntos, eso son 80 dólares por hectárea, más o menos, pero el productor todavía está aportando 340 dólares por hectárea. Es insuficiente: nosotros queremos la eliminación; lo dijimos siempre.