Jubilados toman cada vez más préstamos con un costo superior al 300% anual

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En un contexto donde persiste el deterioro de los haberes y el bono sigue congelado, los jubilados se convirtieron en los últimos meses en uno de los segmentos que tomó más préstamos para consumo pese al elevado costo financiero, que puede superar el 300% anual, cuando la inflación prevista para los próximos 12 meses es del 21%.

De los de 3 millones de jubilados con cuentas en el Banco Nación, alrededor de 700.000 utilizan tarjeta de crédito del BNA con saldo y más de 365.000 tienen un préstamo personal vigente. En lo que va del año se financiaron por montos promedio de $ 1,6 millones. La tasa nominal anual (TNA) es del 44% y la tasa efectiva anual (TEA), de 54%.

«Los saldos financiados a jubilados para consumo, tanto mediante préstamos personales como tarjetas de crédito, registraron un fuerte impulso en los primeros meses de 2025 y continúan mostrando un crecimiento, alcanzando un aumento mensual promedio del 11% durante los primeros cinco meses del año», señalaron en el mayor banco del país.

Mientras el crédito al consumo viene desacelerándose desde octubre de 2024 por el estancamiento de los ingresos, los especialistas observan que algunos adultos mayores se endeudan para cubrir gastos propios, familiares o de emergencia, ante la desaparición desde noviembre de los créditos que otorgaba ANSES con tasas menores a la inflación.

«Los que cobran menos son los que siguen endeudándose, y como hay mucha economía informal, algunos piden créditos para dárselo a sus hijos«, dijo el abogado previsionalista Adrián Troccoli. «Es una cuestión estructural, otros gobiernos recurrieron al FGS para prestarles dinero en vez de corregir la cuestión de fondo, y ahora nada», agregó.

Según un caso al que accedió Clarín, un jubilado que cobra la mínima de $ 379.294,79 (incluido el bono de $ 70.000) tomó un préstamo de $ 700.000 con un banco para llegar a fin de mes. Pero como no pudo pagarlo, tomó luego otro crédito por $ 1.200.000 en 36 cuotas con una tasa efectiva mensual fija (TEM) del 11%, TNA de 135% y CFTEA con IVA de 285%.

El contrato prevé una cuota mensual de $ 160.000, equivalente al 40% de su haber. A primera impresión, un monto que podría afrontar con su ingreso. Sin embargo, como el sistema de amortización es francés, el capital va creciendo a lo largo del tiempo y al final de los 36 meses pagará un total de $ 5.760.000, una tasa efectiva superior al 360%.

Crédito caro para consumo

En Banco Piano, uno de los primeros en el sector privado en impulsar esas préstamos a jubilados tras la crisis de 2001, esas líneas siguen creciendo por arriba de la inflación desde principios de año. Según la entidad, se ofrecen a una tasa nominal anual de entre 45 y 80% con un costo financiero total efectivo anual (CFTEA) de entre 69,25% y 150,79%.

El crédito sigue siendo caro porque crece más rápido que los depósitos, que en su mayoría son de corto plazo. «Las tasas no dependen de la inflación, dependen de la cantidad de pesos. Por la misma razón que baja la inflación suben las tasas: al no emitir escasean los pesos, eso hace que baje la inflación y que suban las tasas», afirman en un banco.

La tasa nominal anual de préstamos personales en general (no solo adultos mayores) alcanzó un 144% en enero de 2024 en medio del fogonazo inflacionario por la devaluación. Luego, fue descendiendo con la baja de los precios, lo que permitió expandir el financiamiento para el consumo. Pero desde agosto se estancó en torno al 70% en promedio.

El Banco Provincia registró 118.476 préstamos a jubilados en el primer semestre por un total de $ 199.000 millones, un aumento del 6,7% respecto de igual período en 2024. Si bien la demanda bajó, el segmento fue el que menos cayó ya que muchos jubilados del sector público con sus haberes en la entidad cobran por encima de la jubilación mínima.

«Hacia adelante, de reafirmarse el veto al aumento que propone el Parlamento, el ajuste a las jubilaciones persistirá…Quienes cobran el haber mínimo perderán en términos reales por el congelamiento del bono. Estas características llevan a profundizar el efecto restrictivo sobre la demanda agregada, sino también el carácter desigualador de la política fiscal bajo el actual gobierno», dijo la consultora C-P.

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