Este jueves 7 de agosto, se llevó a cabo homilía por San Cayetano, el santo del pan y del trabajo, y el arzobispo de Buienos Aires, Jorge García Cuerva, habló en la habitual misa y apuntó duramente contra el Gobierno de Javier Milei, con foco en la situación de los jubilados y los discapacitados.
«Somos custodios y guardianes de la vida de los demás, los más pobres, débiles», remarcó el arzobispo de Buenos Aires y amplió: «Somos custodios de los ancianos que siguen esperando una jubilación digna, somos custodios de discapacitados y de todos los enfermos«.
Parte del mensaje de García Cuerva, en el santuario de Liniers, contra la administración libertaria, fue empujado luego de que el mandatario anunciara el veto al aumento jubilatorio y la ley de emergencia en discapacidad.
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El arzobispo de Buenos Aires también apuntó contra el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, luego de que se conociera que en la Ciudad se cobrarán multas de $900 mil a quienes les «gusta hurgar la basura», según indicó la vocera porteña, Laura Alonso.
«No podemos desentendernos de los que sufren, de los que revuelven los tachos de basura buscando qué comer, que no lo hacen porque les gusta, lo hacen por necesidad», aseveró el religioso contra la medida implementada por la gestión de Jorge Macri.
Tras el freno del gobierno a la ley de emergencia en discapacidad, hubo enfrentamientos en las afueras del Congreso
Junto a la lectura del Evangelio «Ahora mismo volveré a la casa de mi padre (Lc 15, 18)», añadió: «Le rogamos a nuestro Santo patrono que podamos recapacitar como ese hijo de la parábola, salir del chiquero de las descalificaciones y del odio, ponernos de pie, y animarnos a dar el paso hacia la reconciliación entre los argentinos. Sólo desde allí podremos gestar una sociedad más humana».
La clásica celebración religiosa se llevó adelante al mismo tiempo que la marcha de San Cayetano a Plaza de Mayo, de la cual participó la CGT, las dos CTA, diversas agrupaciones políticas, estudiantiles, religiosas y de derechos humanos y movimientos sociales.
García Cuerva, quien luego salió a bendecir a los fieles, habló brevemente con la prensa y añadió: «Preocupado porque no es grieta, es herida. Las grietas se dan en las paredes, las heridas se dan en los corazones, y está sangrando mucho, pero al mismo tiempo que sea una herida me da esperanza que cicatrice y para cicatrizar tenemos que tratarnos un poco mejor entre todos».
«Hambre hay. Me parece que más allá de lo que quiera opinar, la realidad es verbal y nos habla. Hay muchos hermanos que la están pasando mal, mucha gente que revuelve la basura no porque les guste, sino porque buca algo para revender, para comer, los jubilados y las flias que no llegan a fin de mes», concluyó el arzobispo.
AS.
LT.