Nacido en la ciudad neuquina de Zapala, a lo largo de cuatro décadas Juan Pose habitó casi todo plano geográfico y laboral posible con su cámara. Desde Colorado, Estados Unidos, hasta Europa y Asia, y volviendo a su natal Patagonia, su repertorio y carrera mutó; pero su conexión con la naturaleza siempre se mantuvo.
Estas vacaciones de invierno, el fotógrafo de 62 años expuso por primera vez su obra por fuera de San Martín de los Andes, donde reside hace más de veinte años y tiene un estudio y galería. Su serie «Plumas de Luz» dio el presente en la última Exposición Rural. Sin embargo, en vez de colgar de los muros de los pabellones, los cuadros de Pose se exhibieron en el famoso Restaurante Central, declarado como Patrimonio Histórico en 1997.
Expuso junto a otros tres artistas patagónicos, Manuel Cuffoni, Carola Elordi y Marina Facht.
En un hito profesional para un fotógrafo a quien, en sus palabras, le resulta difícil promocionar su obra, el profesional charló con Clarín sobre su extensa carrera, su capacidad para reinventarse y su amor por las criaturas que se dedica a retratar.
De Colorado a San Martín de los Andes: el camino de un fotógrafo nómade
Juan Pose, apodado «Canchi» por sus amigos, comenzó su carrera en los años ’80, a la par que emigró del país para recorrer el mundo: «Me fui de Argentina en un barco de carga con una cámara de 35 milímetros con rollo en el bolsillo«.
Pasó gran parte de la década en los Estados Unidos y se asentó en Colorado. Allí, mientras se ganaba la vida con oficios atípicos como instructor de esquí y guía de escalada de montaña, empezó a dedicarse profesionalmente a la fotografía de modo freelance, enviando fotos de paisajes para la marca de indumentaria Patagonia.
«Pero mi ojo siempre estaba abierto a todas las oportunidades«, afirma Pose. En los inicios de los ’90, fue fotógrafo de rodaje para un western «categoría B» de Hollywood, que se filmaba en Colorado: «Wolfridge«.
Durante el rodaje trabó amistad con tribus nativo americanas que participaron del filme. Recuerda con humor: «Uno de ellos, que interpretaba a un cacique en la peli, me dijo: ‘Sacame una foto fumando un marlboro, así se la vendés a ellos’«.
Siempre inquieto por conocer nuevos lugares para fotografiar, el artista continuó tomando «trabajos loquísimos» como minero, estampador, pintor, y carpintero. «Con eso juntaba plata, compraba rollos, y me iba a Europa, India, o Nepal. Estuve por todos lados y con muy poca guita», recapitula.
El espacio al que llegó su muestra sobre aves patagónicas y dónde puede verse.
En 1992 retornó a su tierra natal. Se instaló por un tiempo en Buenos Aires, donde estudió cine con Eliseo Subiela, y años más tarde volvió a vivir en Neuquén.
Para comienzos de los 2000, el fotógrafo se asentó definitivamente en San Martín de los Andes con su pareja Laura, con quien tuvo dos hijos. Fue allí donde Pose comenzó lo que define como «su era digital«, con la cámara.
Pero no solo cambiaría las diapositivas por un soporte más moderno, sino que se avocaría completamente a retratar la naturaleza del sur argentino.
Las aves patagónicas, protagonistas de su obra
Entre las «maravillas a la espera de ser descubiertas» que Pose retrata de la Patagonia, abundan diversas especies y paisajes. Pero su exposición en La Rural tomó como protagonista su sujeto preferido: las aves.
El fotógrafo cuenta con un conocimiento enciclopédico de las distintas especies y sus hábitos, que se suman a una empatía y cariño por ellas que es imposible ignorar en cualquiera sus piezas.
Desde distinguir entre machos y hembras por sus crestas y plumaje, hasta saber con certeza que captó a una madre con alimento para su cría por la posición del pez en su pico, Pose nunca escatima sus observaciones sobre los pájaros que retrata.
«Creo en la conexión con los animales. Todo depende de cómo te aproximas a ellos. Los humanizo un montón, me acerco a ellos de esa forma, y creo que eso ayuda», explica el artista.
Por otro lado, entre sus numerosas colecciones, se destacan también las de paisajes silvestres, como un arroyo que capturó con temperaturas de cinco grados bajo cero, brindándole un filtro azulado y casi etéreo a la foto; o los bosques de San Martín de los Andes durante época de otoño.
En otra de sus series, de fotografías en blanco y negro de costas de lagos, aparece la ocasional figura humana. Pero siempre a lo lejos y a contraluz, en huellas de pies en la arena o en siluetas diminutas.
«Así de chiquitos somos«, reflexiona el artista, quien se resiste a publicar los rostros que sí capturó a lo largo de su carrera, de pueblos nativos en Estados Unidos o en Nepal: «No puedo robarme a la gente, te la estás robando cuando le sacás una foto. Adelantar una cámara y apuntarla a alguien tiene un peso».
Actualmente, el fotógrafo cuenta con exposiciones permanentes en sus dos negocios en San Martín de los Andes: Maga y Estudio Calderón. Allí, sus fotos pueden apreciarse no solo en cuadros, sino también en láminas e incluso tazas decorativas.
Además, algunas de las colecciones de Pose, como Marinas, Blancas y Salvaje, se encuentran en su Instagram (@juanpose_photo) y su sitio web (www.juanpose.ar), donde están a la venta.
Por otro lado, hace 12 años sus fotos colgaron de los muros del Club House del Chapelco Golf & Resort en Neuquén, pero no la exposición no duraría mucho tiempo.
«Recuerdo que le había dicho a mi mujer: ‘Que bueno que están en un lugar tan seguro’…y a los meses se incendió el club. Se quemaron casi todas las fotos«.
A partir del incidente, hasta ahora el neuquino no había vuelto a exhibir sus fotos para un público a gran escala, y confiesa que le resulta difícil auto-promocionarse: «Me cuesta salir y buscar reconocimiento, no me sale naturalmente».
A pesar de esto, Pose está orgulloso de su trabajo. Registra y recuerda cada serie con cariño y detenimiento, tanto para el sujeto que capturó como para la misma fotografía. Por ello, este año finalmente apostó por que los visitantes de La Rural conozcan sus piezas.
«Quiero compartirlas porque hablan de mí. Ya la fotografía está tomada, tengo que tratar de que se vea. Me alegro de haberme animado a dar el paso«, asegura.
SC