Para ser considerada de clase media, los ingresos de una familia tipo en la Ciudad de Buenos Aires en julio tuvieron que ser superiores a los $ 1.925.468, sin contar el alquiler. Y para no ser pobre, sus ingresos debieron superar los $ 1.214.296.
Entre esos dos valores se ubicaron los sectores vulnerables y medios frágiles, de acuerdo a los datos del Instituto de Estadística y Censos de Ciudad de Buenos Aires (CABA).
En promedio, los alquileres de departamentos usados en CABA, en el segundo trimestre de este año, fueron para un ambiente de $ 428.536, dos ambientes, $ 583.793 y tres ambientes, $ 870.943, según el Instituto porteño.
Así, con el alquiler de un departamento modesto (2 ambientes), esa misma familia tipo (dos adultos y dos hijos menores) tendría que haber recibido ingresos por encima de $1.800.000 para no ser considerada pobre y más de $ 2.800.000 mensuales para pertenecer a la clase media (alquiler de 3 ambientes)
Estos valores promedio varían según los servicios que hayan adquirido las personas o familias, como medicina o colegios privados, automóviles o vivienda (propietario o inquilino). Y se estima que el 40% de los que viven en los hogares porteños son inquilinos.
La inflación porteña viene arrojando porcentajes superiores a la media nacional por el mayor peso de los servicios, que siguen registrando aumentos muy superiores a los de los bienes, incluyendo los alimentos. Y también porque se mide sobre una estructura de gastos más actualizada.
La canasta familiar tipo de pobreza subió en julio de $ 1.193.291 a $ 1.214.296, un incremento del 1,76% y un alza interanual del 30,6%.
En tanto, la canasta familiar de indigencia aumentó de $ 639.029 en junio a $ 651.816, un incremento del 2% y 25% interanual, según el Instituto porteño.
Estos ingresos corresponden a una pareja de mujer y varón de 35 años, ambos económicamente activos y propietarios de la vivienda, con dos hijos varones de 9 y 6 años
En relación con los ingresos de la población porteña, estos valores explican la pérdida de peso de la clase media en la pirámide poblacional porteña. De abarcar a más del 54% de la población de la Ciudad, ese segmento se fue achicando y ahora ronda el 45%.
Nuevamente en julio el aumento de los servicios (3,3%) casi triplicó a los bienes (1,2%), con un promedio del 2,5%. Y en lo que va del año los servicios treparon un 21,8% versus el 12,8% de los bienes. De esos datos se desprende que la inflación golpeó más a la clase media que destina una proporción mayor de sus gastos a los servicios.
Por ejemplo, restaurantes y hoteles aumentaron 5,3%, por los incrementos en las tarifas del servicio de alojamiento por motivos turísticos y en los precios de los alimentos preparados en restaurantes, bares y casas de comidas.
Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles registró una suba de 2,3% por las actualizaciones en los valores de los alquileres y de los gastos comunes por la vivienda.
Transporte promedió un incremento de 3,6% debido a las alzas en los precios de los pasajes aéreos y los ajustes en los valores de los combustibles y lubricantes para vehículos de uso del hogar y del boleto de colectivo urbano.
Recreación y cultura se elevó 3,6% por las subas en los valores de los paquetes turísticos.
NE