Durante la mañana del sábado 16 de agosto, la comunidad de la Parroquia San Roque de Montpellier vivió una jornada llena de fe, alegría y esperanza, celebrando la Fiesta Patronal en honor a San Roque bajo el lema “Peregrinos de Esperanza”.
Desde temprano, los vecinos y fieles se acercaron con entusiasmo y fervor para participar de los actos centrales. A las 9 de la mañana, las calles de la comunidad se colmaron de colores y cantos durante la tradicional procesión, en la que se rindió homenaje al santo patrono de los enfermos, del pan, del trabajo y de las mascotas. Luego, a las 10 horas, se celebró la Santa Misa, presidida por el Monseñor José Adolfo Larregain.
Durante la homilía, Monseñor Larregain invitó a todos a celebrar a San Roque, patrono del pan, del trabajo, de los enfermos, de las mascotas, porque por cuantas cosas lo invocamos siempre a San Roque”. Refiriéndose al Evangelio de Mateo XXV y a la vida del santo, resaltó cómo San Roque, proveniente de una familia noble y habiendo perdido todos sus bienes, dedicó su vida a socorrer a los enfermos y necesitados.
Narró la conmovedora historia del perrito que, en momentos de enfermedad y soledad, llevó pan a San Roque; ese acto sencillo y providente es símbolo del amor y la generosidad que todos están llamados a vivir.
Monseñor recordó que, así como San Roque supo consolar, acompañar y llevar esperanza, cada uno debe preguntarse: ¿qué haría hoy San Roque en medio nuestro, ante tantas situaciones de dolor, soledad o pobreza? Invitó a mirar a quienes nos rodean, a ser compasivos y atentos, y a descubrir que los “lujos” más grandes no son materiales, sino gestos simples de tiempo, compañía, escucha y amor.
“Lo importante —dijo— es tener un corazón grande, generoso, que sepa compartir y no ser indiferente ante el sufrimiento del otro. De poco sirve tener mucho dinero si se tiene un corazón mezquino”.
Al finalizar la Misa, un miembro de la comunidad expresó unas palabras de agradecimiento, destacando la importancia del acompañamiento espiritual, especialmente hacia las personas más vulnerables, y el deseo de que todos puedan gozar de una vida digna.
El Párroco, Padre Martín María Manevy Puccio, también agradeció la presencia de Monseñor Larregain y le entregó unos obsequios en nombre de toda la comunidad, los cuales Monseñor recibió con mucha alegría.
Hubo también un emotivo reconocimiento al Diácono Félix y a Don Vera, quien estuvo rezando el Santo Rosario durante toda la novena, como muestra de gratitud y cariño por su entrega.
La Fiesta Patronal en honor a San Roque fue, sin dudas, un testimonio de fe viva, esperanza compartida y fraternidad. La comunidad reafirmó su compromiso de seguir peregrinando unidos, acompañando a quienes más lo necesitan, y pidiendo la intercesión de San Roque para que nunca falte un corazón generoso y una mano amiga.