Ramón Negri, productor de Lavalle, advirtió que la apertura de importaciones, los altos costos en dólares y la falta de políticas de Estado ponen en jaque a miles de familias que dependen de la actividad tomatera.
El precio del tomate no solo preocupa a los consumidores, que llegan a pagar hasta 3.000 pesos por kilo en verdulerías, sino también a los productores correntinos, que aseguran estar atravesando una de las peores crisis en más de 20 años.
“Hoy un cajón de 20 kilos se vende entre 10.000 y 12.000 pesos, pero el costo de producción está entre 12.000 y 14.000. Estamos trabajando a pérdida total”, explicó Ramón Negri, productor de la zona de Lavalle, en diálogo con una radio local.
Según detalló, la situación se agravó por la apertura de importaciones que permiten el ingreso de tomate de países vecinos como Chile, Bolivia y Paraguay, donde los costos son menores por políticas impositivas más favorables. “Acá el 70% del valor del producto son impuestos. Todos los insumos se pagan en dólares, desde las semillas hasta los plásticos, y lo único que queda en pesos es la mano de obra”, apuntó.