Joven compartió su historia de vida, del horror de la droga a la esperanza

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Un joven proveniente de la ciudad de General San Martín, Chaco, y residente del Hogar de Cristo, a quien se identificará aquí solo con la siglas de su nombre JR, brindó un conmovedor testimonio en un encuentro que se realizó en Mercedes, donde relató su historia de lucha, caída y resurrección con la fe como guía frente a las adicciones.
Durante la jornada del sábado 11, en el marco de las actividades del Año Jubilar por la Misión diocesana, frente al templo parroquial se reunieron los participantes del encuentro que presidió el obispo de la Diócesis, monseñor Adolfo Canecín, otros ministros consagrados y cientos de jóvenes y fieles en general, donde escucharon atentamente el testimonio de JR, un joven de 23 años oriundo de San Martín, provincia del Chaco, quien forma parte del Hogar de Cristo, informó el diario digital local Tu Mercedes.
Con palabras sinceras y cargadas de emoción, JR relató su dura historia de vida marcada por la ausencia familiar, el consumo de drogas desde temprana edad y el dolor de haber perdido el rumbo, pero también por la esperanza y la recuperación gracias al acompañamiento del Hogar de Cristo y su fe en Dios.
«Desde muy chico fui criado por mis abuelos, y siempre soñé con tener el amor de mis padres. Mi madre estaba presa, mató a mi padre», comenzó relatando. Con la carrera de los años, su pasión por el folclore y el malambo lo llevó a recorrer distintos escenarios del país, hasta que a los 13 años el consumo de drogas cambió su vida por completo.
«Empezó como un juego, una diversión, y después me terminó atrapando. No podía solo», continuó. Durante años vivió en la calle, alejado de su familia, sintiendo que había perdido los valores y la dignidad. «Gracias al Hogar de Cristo pude recuperar la confianza de mi familia y hoy puedo decir que soy feliz. Dios me sacó de la oscuridad», expresó.
El joven, que recientemente fue padre de una niña, destacó que su hija es hoy su mayor motivación para mantenerse firme en el camino de la recuperación. «Yo quiero que mi hija crezca y me vea bien, que vea a su padre bailando, no consumiendo. Ella me da fuerzas para seguir».
JR también dirigió un mensaje especial a los jóvenes que enfrentan problemas de adicción: «Sí se puede salir. Solo no se puede, pero con la ayuda de Dios sí. No juzguen a quienes están en consumo, ayúdenlos. A mí nadie me ayudó, solo Dios. Hoy aprenderé a vivir, a sentir, a valorar la vida».
Conmovido, concluyó su testimonio con una frase que resume su experiencia y esperanza: «Ni un pibe menos en la droga. La vida es hermosa, cuesta, pero se puede. Todo con Dios y con la Virgen María que siempre nos abraza y nos protege».

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